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sábado, 16 de febrero de 2013

CUANDO DAR GRACIAS..........


Todos necesitamos de alguien en algún momento y siempre necesitaremos de Dios en todo momento, en la oscuridad o en la claridad, en el camino o fuera de él, en la noche o el día.
Cuando estamos solos o en una profunda tristeza, es necesarios tener una comunicación con Dios para que te de esa rayito de luz y sea el amor perfecto.

Cuando despertamos, cuando vemos ese hermoso amanecer, cuando ves el rostro de tu mamá, de tu papá o algún otro miembro de tu familia, entonces da gracias. 

Cuando oímos las locuras de los amigos, las risas de los niños, el llanto de un bebé, los regaños de los maestros, entonces da gracias. 

Cuando mires el sol brillante, la lluvia caer, la tristeza en un rostro atribulado, una persona
una persona muriendo, muertes sin control, entonces da gracias.
Cuando sientes el sol en tu rostro, el agua en tus manos, el frio en tus huesos, el calor en tu piel, entonces da gracias.
Cuando no aguantes más, cuando te partan el corazón, cuando te den una mala noticia, cuando no vuelvas a ver a alguien, cuando te separes de la persona que amas, entonces da gracias.
Cuando te caigas, cuando te critiquen, cuando te señalen por la espalda, cuando te traicionen, cuando no sabes que hacer, entonces da gracias.
Cuando no encuentres una solución, cuando sientas perderte, cuando tengas de presión, cuando no entiendes el significado de tu vida, cuando pierdas la noción del tiempo, entonces da gracias.

¿Por qué dar gracias a Dios?
Porque él tiene el control de nuestras vidas, porque todo lo que pasa tiene una razón, porque aunque estés en el último rincón del mundo, él tiene el control de todo porque nunca te ha dejado, nunca te dejara, aunque tú no lo veas él siempre está a tu lado, a veces es necesario un poco de dolor para que sepas la verdadera alegría, la paz que solo él te puede dar. Porque toda situación sirve para bien por qué no se aprende a caminar sin gatear.
Recuerda dar gracias en todo momento; no solo cuando te sientas bien, sino más aun cuando estés mal, porque él te dará lo que necesites y no lo que quieres; te dará todo aquello que más anhelas y las armas para enfrentar todo lo que te rodea.